Quien tiene un animalito de estimación sabe: basta un signo como ese para que nos pongamos alertas y preocupados, sin saber exactamente cómo actuar. La diarrea es una ocurrencia común en perros y hasta mismo en gatos, y a pesar de habitual, merece atención especial cuando los episodios empiezan a ser más frecuentes y más intensos, principalmente se acompañados de otros síntomas.
La diarrea puede tener diversas causas y algunas están descritas a continuación:
• Enfermedades infecciosas virales como Parvovirus y Moquillo en perros o Panleucopenia en gatos o aún, enfermedades infecciosas bacterianas;
• Ingestión de alimentos contaminados;
• Cambio repentino en la alimentación (cambio de comida);
• Alergia alimentar;
• Enfermedad inflamatoria intestinal;
• Cáncer;
• Endoparásitos (vermes).
La diarrea es apenas un síntoma y debe ser mejor investigado. El Médico Veterinario deberá hacer un examen físico completo del animal, identificar su histórico, cambios en la dieta o posibles ocurrencias que interfieran en el buen funcionamiento intestinal. Si necesario, podrá solicitar demás exámenes como hemograma, radiografía, ultrasonografía y otros.
El tratamiento dependerá, en primer lugar, de la descubierta de la causa-base. Por ejemplo, si el problema es una alergia alimentar, el veterinario irá a establecer cuáles son los alérgenos y determinar una dieta adaptada a cada mascota. Si el problema es una enfermedad infectocontagiosa, entrará con medicaciones como antibióticos, vitaminas, simbióticos, sueros y otros. Si el profesional identifica que la mascota pasó por un cambio brusco de alimentación, entre marcas de comida, sin cualquier adaptación gradual y eso desencadenó la diarrea, podrá orientar el tutor a respeto y recomendar un repositorio de microbiota intestinal (probiótico, prebiótico o simbiótico).
*Si tu mascota presenta ese problema, no realice ningún tratamiento por cuenta propia.
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